Comienzo de niño a pintar. A los 14 años ingreso en la academia del pintor Alejandro Cañada, donde me preparo en el dibujo académico para ingresar en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona.
Con 18 años, ya en Barcelona, inicio mis estudios.
Durante la carrera empiezo a pintar mis primeros cuadros al aire libre, pintando las masías y campos del Vall d’Hebrón, que es donde vivía.
Mi tendencia paisajista me lleva a estudiar a los impresionistas y la escuela de pintores catalana.
En el año 1979 termino la licenciatura de Bellas Artes y como profesor de dibujo.
Realizo mis primeras exposiciones en Zaragoza, todas ellas con un gran éxito.
“… los temas de Los Monegros de Juan Varea dejan sentir la sensación del color que él ha experimentado; comunican la fuerza que le ha transmitido la llanura yerma, i, sobretodo, permiten llegar a la reflexión pictórica que le ha hecho llenar de sentido humano unos espacios desiertos, donde los caminos, los surcos y las construcciones aparecen en fase de fundirse y reintegrarse en la tierra.
Las composiciones de Juan Varea no son exactamente una ventana abierta a un paisaje, sino más bien un paisaje que se ha metido dentro del lienzo y se ha encontrado poseído por él. Los cuadros de Los Monegros responden a la problemática de hacer un arte con vida propia y se constituyen en la obra capital de la etapa de creación en la que este artista se encuentra…”
Vicenç Pascual
Historiador
Terminada la licenciatura en Bellas Artes me traslado, por motivos de familia, a vivir a Vic. Es allí, en la misma plaza de Vic, donde monto mi primera academia.
Pero mis deseos de vivir en el campo me hacen cambiar de vida. Vivir en la naturaleza me hace poder experimentar, pintar y conocerla mejor.
Muchas exposiciones en los 25 años de vida en el campo.
Paso también a pintar las terrazas de Monegros, unos 8 años, aprovechando las estancias en mi tierra aragonesa, Zaragoza.
También de esta etapa realicé diferentes exposiciones.
Instalado en Alquézar y Sierra de Guara, dedico 15 años de lleno a pintar esos hermosos parajes: los cañones de la sierra, las aguas cristalinas de sus ríos, su vegetación, los olivos y los almendros.
Mi visión sobre el trabajo pictórico lo centro en primer lugar en la vegetación, sus almendros en flor, mezclados con olivos centenarios, buscando el color intenso de las horas extremas del día: las mañanas y el último sol de la tarde.
Dieron mucho de sí en varias exposiciones y una gran exposición en el Palacio de Congresos de Barbastro.
La llamada del Camino me llevó a realizar mi primera aventura en Julio de 2017. Realizando el Camino Francés de Roncesvalles a Santiago de Compostela.
De aquí surgió la idea de plasmar lo vivido en mi obra… y esta experiencia, que no solo fue espiritual, pasó a ser una fuente de inspiración.
En 2018 realicé mi segundo camino, el Camino del Norte y el Camino Primitivo de Irún a Oviedo y de allí a Santiago. Nuevamente la experiencia y el trabajo realizado me llevaron a realizar la 1era exposición del Camino en la Sala de Exposiciones de Can Puget, en mi localidad de Manlleu, en diciembre de 2018.
De aquí surgió la necesidad, no sólo de seguir en el Camino como peregrino, sino de seguir pintando todo aquello que en los diferentes caminos sigo viviendo y experimentando.
El Camino se convierte en mi fuente de inspiración y en un motivo vivido y sentido.