Instalado en Alquézar y Sierra de Guara, dedico 15 años de lleno a pintar esos hermosos parajes: los cañones de la sierra, las aguas cristalinas de sus ríos, su vegetación, los olivos y los almendros.
Mi visión sobre el trabajo pictórico lo centro en primer lugar en la vegetación, sus almendros en flor, mezclados con olivos centenarios, buscando el color intenso de las horas extremas del día: las mañanas y el último sol de la tarde.
Dieron mucho de sí en varias exposiciones y una gran exposición en el Palacio de Congresos de Barbastro.